CONTAMINACiÓN;APARATOS ELÉCTRONICOS.


Cada año, cientos de miles de viejas computadoras y teléfonos móviles son arrojados a basurales, rellenos sanitarios, o son incinerados. Miles de estos aparatos son exportados, muchas veces de manera ilegal, desde la Unión Europea, Estados Unidos, Japón y otros países industrializados, hacia países en desarrollo, especialmente Asia. En estos países, los trabajadores, muchas veces niños, en precarias condiciones realizan el desmantelamiento y fundido de partes de estos aparatos y quedan expuestos a un “cocktail” de venenos y químicos tóxicos.
Varios países tienen leyes y marcos regulatorios que adoptan el Principio de responsabilidad Extendida del Productor (REP) para losResiduos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE).Greenpeace sostiene que para hacer frente a la crítica situación de los RAEE a nivel global, se necesita urgentemente de leyes que hagan responsables a los fabricantes por los productos que colocan en el mercado, aún luego de que estos son descartados por los clientes.



CONTAMINACiÓN;

ESTO ES LO QUE PASA;
 RESIDUOS SÓLIDOS URBANOS:

Los problemas derivados de la disposición de los residuos sólidos urbanos en basurales, rellenos “sanitarios” o incineradores obligan a repensar el sistema actual de gestión de residuos. Según las reglas de juego vigentes, extraemos recursos naturales del planeta para fabricar bienes de consumo, en muchos casos de vida útil corta, que luego son dispuestos de un modo que no permite que sean aprovechados, y contaminando el ambiente. El desmesurado crecimiento de los residuos de la sociedad moderna está poniendo en peligro la capacidad de la naturaleza para satisfacer nuestras necesidades y las de futuras generaciones.

Enterrar los residuos significa enterrar recursos. Por otro lado, la industria de la incineración propone la quema de los residuos sólidos urbanos, los residuos hospitalarios y los residuos peligrosos industriales. Todas ellas, lejos de solucionar el problema de la basura, han generado nuevos problemas ambientales.
Los incineradores aportan gases de efecto invernadero a la atmósfera (responsables del calentamiento global) y son fuente inexorable de dioxinas y furanos, sustancias tóxicas con propiedades cancerígenas y teratogénicas que persisten en el medio ambiente y que se biomagnifican y bioacumulan en los tejidos grasos de los seres vivos.
Debe acabarse con el despilfarro de recursos que supone la fabricación de productos de usar y tirar y la disposición de los residuos en basurales o rellenos "sanitarios". La verdadera preocupación por el problema de la basura debe demostrarse estipulando: la reducción del consumo de recursos no renovables; la sustitución de materias primas tóxicas en los productos domésticos -pilas, electrodomésticos, pinturas, PVC-; la reutilización de productos -como envases-;  el reciclaje de materiales -como el papel y el vidrio- y la extensión de la vida útil de los productos que consumimos.
Para eso, hace tiempo que en distintas regiones del mundo se viene trabajando en programas de "Basura Cero". Este enfoque está siendo promovido por gobiernos, ciudadanos y empresas, e involucra una solución al problema de la basura desde su misma fuente. En lugar de focalizar los esfuerzos en desarrollar nuevas y costosas técnicas de ingeniería para intentar atenuar los problemas de contaminación generados por las prácticas de disposición final vigentes, los recursos deben conducirse más arriba en el proceso de producción y consumo.
Estos programas se orientan no solamente al tratamiento y el reciclaje sino también al diseño de los productos de modo que tengan una vida útil más larga y se produzcan con materiales no tóxicos y reciclables.


UNA TiERRA CAPAZ DE ALBERGAR VIDA Y TODA SU DiVERSiDAD

¿Cómo logramos nuestros objetivos?

Quizás las acciones directas son nuestro elemento más llamativo. Audaces, espectaculares, decididas, las acciones directas forman parte de la filosofía de resistencia civil no violenta de Greenpeace, que utilizamos como último recurso en nuestra lucha por defender el ambiente. No obstante de ello, cada acción de protesta está respaldada y avalada por investigaciones y documentos de campaña.
Greenpeace opera bajo el convencimiento que la presión pública, la acción directa no violenta y el lobby político, producen los cambios necesarios para un ambiente mejor.

¿Cómo puede colaborar?


Si quieres hacer algo por el Planeta en forma concreta y regular, y compartes nuestra filosofía puedes unirte a Greenpeace como socio. Tu aporte individual por mínimo que sea, es infinitamente poderoso sumado al de muchas personas que como TÚ, se preocupan activamente por el medio ambiente. Si no cuentas con dinero, puedes trabajar activamente con nosotros, siendo un Voluntario o ayudándonos  desde tu computador, como un Ciberactivista.

DALEE, TE ESPERAMOS!!

NUESTRO OBJETIVO:

Nuestro objetivo es proteger y defender el medio ambiente y la paz, interviniendo en diferentes puntos del Planeta donde se cometen atentados contra la Naturaleza.
 Greenpeace lleva a cabo campañas para detener el cambio climático, proteger la biodiversidad, acabar con el uso de la energía nuclear y de las armas y  para fomentar la paz.

NUESTROS PRINCIPIOS

  • Independencia política y económica.
  • Pacifismo activo.
  • Pluralismo cultural e ideológico 

Greenpeace en Argentina

La primera oficina de Greenpeace abierta en un país en vías de desarrollo, Greenpeace Argentina, tuvo que afrontar nuevos retos.



La oficina central de Buenos Aires se inauguró oficialmente el 1 de abril de 1987 (aunque había empezado a trabajar en febrero de 1986), cuando un grupo de voluntarios iniciaron los tramites burocráticos para registrar Greenpeace como Fundación sin fines de lucro.


En un país en el que gran parte de la población tenía y aún tiene que esforzarse por llegar a fin de mes, era importante definir las prioridades y las campañas para que no fuese tildada de demasiado idealista. En consecuencia, se eligió el problema de los residuos tóxicos como motivo central, porque afectaba directamente a la calidad de vida de casi todos los argentinos.


El primer paso fue iniciar un amplio programa de investigación. La información recogida permitió establecer los objetivos principales: lograr que se prohíba la producción, importación, venta y uso de los “doce sucios” (12 compuestos químicos usados en plaguicidas y nocivos para la salud) y presionar a favor de una legislación que ponga coto a los vertidos peligrosos.

En otro frente, el Director de la campaña antinuclear estableció como objetivo bloquear la construcción del depósito nuclear de Gastre, ubicado en la Provincia de Chubut, Patagonia Argentina.



Greenpeace Argentina espera lograr sus fines mediante la presión política, para que se prohíba la importación de residuos nucleares (en Gastre no se almacenarían solo residuos argentinos sino también de otros países), y trabaja asimismo para alertar a la opinión publica sobre los riesgos del basurero nuclear.

Hoy Greenpeace Argentina ha logrado no sólo estos objetivos sino  también una larga trayectoria en el marco de la defensa del medio ambiente.

¿Quienes somos?




 GREENPACE nació en 1971 de una forma casi espontánea.
Un grupo de activistas antinucleares estadounidenses que se habían refugiado en Canadá para no participar en la guerra de Vietnam, formaron una pequeña organización llamada "Don't make a wave" ("No hagas una ola").
Este grupo protestaba contra las pruebas nucleares que los Estados Unidos llevaban a cabo en el archipiélago de Amchitka (Alaska), al norte de Canadá. El nombre del grupo hacía referencia a la posibilidad de que, al ser una zona sísmicamente inestable, las pruebas atómicas que allí se realizaban pudiesen provocar un maremoto.


Después de llevar a cabo otro tipo de iniciativas, decidieron alquilar un viejo pesquero, el "Phillys Cormack", y viajar con él a la zona donde debía tener lugar la prueba nuclear, para impedir con su presencia física que la bomba fuese detonada. Para este viaje, rebautizaron al barco con un nuevo nombre que resumía la filosofía del grupo: GREENPACE.


"Queremos paz, y queremos que sea verde", manifestaba uno de los tripulantes a la prensa antes de zarpar de Vancouver (Canadá) para dirigirse a Amchitka, un lugar de gran valor ecológico por las importantes colonias de aves marinas que alberga.


El viaje fue un desastre: los improvisados marineros pasaron la mayor parte del tiempo mareados y las disputas internas por asuntos domésticos fueron frecuentes. Finalmente, el error de no prestar suficiente atención a los trámites burocráticos legales dio la oportunidad a los guardacostas estadounidenses de detener al barco cuando estaba a punto de alcanzar su destino, basándose en el incumplimiento de algunas formalidades menores que la tripulación había pasado por alto. La prueba nuclear no se pudo impedir pero, afortunadamente, no se produjo ningún maremoto.


Como acción directa, la expedición a Amchitka fue un fracaso. Sin embargo, como estrategia de campaña, resultó un éxito extraordinario. Dos periodistas que viajaban a bordo del "Phillys Cormack" transmitían por radio a sus redacciones todos los pormenores del viaje, y el público canadiense, ya de por sí motivado en contra de los ensayos nucleares americanos realizados junto a su país, encontró en el viaje de Greenpeace un catalizador para su protesta.


Alguien estaba haciendo algo para parar las pruebas atómicas. Decenas de miles de manifestantes bloquearon durante días las fronteras entre Canadá y los Estados Unidos, y este último país se vio forzado a anunciar que ésta era la última explosión nuclear que se llevaría a cabo en la zona. Amchitka es desde entonces una reserva ornitológica. Con este viaje Greenpeace aprendió muchas lecciones que ha venido aplicando y desarrollando desde entonces.


En los años que siguieron, distintos grupos independientes, sin ninguna conexión entre sí, tomaron el nombre de Greenpeace en Estados Unidos, Nueva Zelanda y Australia. Por aquel entonces, David McTaggart, un antiguo hombre de negocios canadiense, se había convertido en un navegante inconformista que se rebelaba contra la decisión del gobierno francés de acotar 400 millas de aguas internacionales alrededor del atolón de Moruroa (en el Pacífico) para llevar a cabo sus pruebas nucleares. McTaggart se puso en contacto con el pequeño núcleo de activistas de Greenpeace en Nueva Zelanda y ofreció su velero, el Vega, para viajar a la zona prohibida e intentar impedir las pruebas nucleares previstas para 1972 y 1973. Éste fue el inicio de la campaña de Greenpeace contra las actividades nucleares francesas en el Pacífico. David McTaggart se convirtió en una pieza clave de la organización, y fue el presidente de Greenpeace Internacional desde comienzos de la década de los 80 hasta 1991.


No se puede decir que en los primeros años la colaboración entre los distintos grupos de Greenpeace fuese excelente. La relación entre ellos era más bien conflictiva, centrada en la discusión de cuál era el legítimo propietario del nombre del grupo. Las cosas empeoraron cuando, a partir de 1974, un sector de Greenpeace en EE.UU. y Canadá decidió iniciar la campaña contra la caza comercial de ballenas y, posteriormente, en 1976 contra la matanza de crías de focas en Newfoundland (Terranova, Canadá). La fracción antinuclear consideraba la defensa de los mamíferos marinos como un tema "suave" que debía dejarse para otro tipo de grupos. Estuvo a punto de producirse una escisión.


Mientras en América los conflictos internos debilitaban a Greenpeace, McTaggart, concentrado todavía en su lucha contra las pruebas nucleares francesas en el Pacífico, fundaba Greenpeace en Europa. Las primeras secciones se abrieron en el Reino Unido y en Francia. Pronto se  sumó Holanda. La formación de Greenpeace en el viejo continente fue una fuerza determinante que permitió unir a todos los grupos existentes en el mundo bajo ese nombre y crear, en 1978, Greenpeace Internacional, unificando las áreas de campaña y la forma de actuación. Desde entonces, la organización ha evolucionado sin demasiados sobresaltos. Han sido años de experiencias, de aciertos y de errores, en los que la estructura interna y funcionamiento se han ido adaptando al ritmo de crecimiento de la organización, a la expansión geográfica y a la ampliación de los temas de campaña abordados.

Greenpeace es ahora la organización MÁS grande del mundo, con logros muy importantes en su haber y una flota de barcos y activistas que están dispuestos a dar su vida en favor del planeta.